diciembre 24, 2006

NUEVO RINCÓN DE ETNORELATOS



AD HABITVM D´ANTIQUA HUMANUM

Históricamente, San Pedro de Atacama ha sido lugar de encuentro de culturas y civilizaciones diversas. Dichos “encuentros” muchas veces han sido violentos como lo fue la dominación Inca y la Conquista española. Ambos hechos, demasiado conocidos.
Otras influencias como la de Tiahuanaco, Alto del Loa y en general las culturas alto andinas han marcado hábitos importantes durante el proceso de asentamiento de la cultura atacameña –ejemplo de ello es el consumo de Cebil, traído desde lo que ahora es Jujuy, el cual era inhalado en “tabletas de rapé” con imágenes alucinógenas y de diseños Tiahuanaco o el hábito de “mambear” Coca- siendo éstas determinantes en algunos rasgos del SER atacameño.
Sorprende hoy, el hermetismo de la sociedad atacameña si uno no conoce el pasado de este pueblo. Los abuelos “del interior” niegan ante los estudiosos el Ckunza (nombre de su dialecto que significa“nuestro”) aunque secretamente sean las últimas personas que conocen parte del vocabulario Lickanantai. Niegan su pasado y todas sus vivencias son consideradas “íntimas”, eso significa aquí esconder su historia personal de la mirada afuerina. Es muy difícil acceder a su mundo pues están marcados por una profunda desconfianza hacia el que no es Lickan (pueblo). En este lugar el desierto no sólo conserva las momias enterradas por los antiguos “en el vientre oscuro y fresco de una vasija de barro” también se conservan las historias de mierda, las vírgenes paganas y el secreto profundo de un pueblo demasiado aislado para ser tan conectado con influencias de distintas partes.
En esta novedosa columna compartiremos las distintas experiencias que tienen que ver con el asombro y el intercambio, las resistencias y el sentido de autoconservación, las tendencias momificantes, el avecindamiento. Habrá bibliografía pero también voces vivas y esto por mínima justicia al sentido de realidad ya que aquí todavía la tradición oral compite con la palabra escrita y a veces hasta gana.
El desierto cambia a las personas –de allí la metáfora de los evangelios- nos vuelve extraños, nos invita a desprendernos y nos perdona solamente el hueso y “date por satisfecho”. Nos convierte rápidamente en piezas mudas de arqueología.
Investido como “desertícola phill” intento descubrir mis propias motivaciones sin embargo, esos aspectos quedarán sellados en estas entregas, por piedad a ustedes.

4 comentarios:

Temujin dijo...

Ya po pelao k`liao, no se puede publicar en ninuna de estas mierdas... queremos facilidades!!!

Temujin dijo...

ujukuku

Robinson Carvajal dijo...

Puta la hueá!!!
Que página complicada esta por amor de Diós!!!
Hasta cuando estaré intentando de publicar algo en ella?
Que és lo que pása al final?
Abrázos!

#!?¬&#¿¡! dijo...

Interesante el artículo, estimado pelón: ¿Qué se creen esos viejos culiaos que no quieren compartir su cultura con los demás?¿Se creen superiores o, al revés, que ustedes son inferiores o que no merecen acceder a su conocimiento? Viejos culiaos y maricones...¿o tal vez son los mismos antecedentes culturales "momificantes"?¿O tal vez a la propia ignorancia sobre su cultura, ritos y lenguaje? Interesante... ¿Es probable que este pueblo atacameño sea portador de alguna contribución para el resto de la sociedad moderna, así como lo fueron y lo son otros antiguos pueblos de américa? Usted,parece, mi calvo relator, que es el encanrgado de descubrir los secretos de los pueblos desérticos: alguna hierba milagrosa, algún rito que nos conecte directo con el jefaso... en fin, algo que valga la pena. Pero primero hay que vencer la resistencia de esos chiflados.